
Es una obsesión lo del Fin de Año/Año Nuevo. Nos aferramos a establecer un parteaguas: hasta ayer éramos así, a partir de las 12 de la noche…borrón y cuenta nueva, seremos como quisiéramos ser…sin esforzarnos. Que todo lo malo se vaya con el año viejo y a partir del primer segundo del año nuevo ya todo será diferente.
Vana ilusión, autoengaño que no pasa de esa primera madrugada.
Lamento desilusionar a mis amables lectores; pero en el nuevo año seremos exactamente iguales, y no es malo: somos nosotros mismos, con nuestros defectos; pero con nuestras virtudes. Y sí, haremos cosas buenas, solo que no nos ayudará ningún hada madrina con su varita mágica tan solo porque lo hayamos enunciado al llegar a las 12 de la noche.
El tiempo, hasta tanto se demuestre lo contrario, avanza en un solo sentido y avanza inexorablemente un segundo tras otro. Lo de dividir en horas, días, meses y años es solo una forma de organización de nuestras vidas. El último segundo del año será idéntico al primero del próximo año. Un segundo antes nos hacemos la promesa de bajar de peso (subir de peso para los flacos y las flacas), terminar la tesis de maestría, doctorado, ponernos fuertes (los hombres que hasta ese segundo portamos barriga) y las mujeres anhelarán…igual, bajar barriga, poner las carnes firmes…en fin, la vida. Lamentablemente hay personas enfermas que solo piensan en vivir un poco más.

La Navidad y el Fin de Año nos sirven de pretexto para desentendernos de nuestros problemas cotidianos (un tiempito) y les sirve a los mercaderes (sí, a esos mismos que Jesús expulsó del templo y que ahora, en revancha, usan la fecha) para amasar cuantiosas ganancias. En fin, a veces comprar juguetes se torna complicado.
Este ha sido un año extraordinariamente duro que acabó con nuestros hábitos sociales y nos enseñó cuánto necesitamos eso de ir al trabajo, o a la escuela, esa rutina que en algún momento odiábamos y en el aislamiento se volvió una meta anhelada.
Yo sí, amables lectores, que no soy dado a esa bobería de estar elucubrando metas irreales y fantásticas. Yo soy un hombre práctico, mi meta es muy simple y sé que depende solo de mí no de ninguna plegaria lastimosa que yo haga el 31 por la noche. En fin, lo mío es ponerme fuertote como Superman (miren la foto) y sé que lo lograré sin dificultad.
